jueves, 14 de enero de 2016

ACERCÁNDOSE A LA FIGURA DE D. PEDRO MENÉNDEZ DE AVILÉS

MONUMENTO A D. PEDRO MENÉNDEZ EN AVILÉS, EN EL PARQUE DE "LA FOCA".
           D. Pedro Menéndez nació en Avilés (Asturias) el 15 de febrero de 1519 y murió el 16 de septiembre de 1570 en Santander, tras una vida dedicada a la mar desde su infancia, en la que el hidalgo, hijo de Juan Alfonso Sánchez de Avilés  y de María Alonso de Arango, natural de Pravia (Arango es típico apellido de esa villa y concejo), perdió a su padre a los ocho años de edad, y su madre habría de casarse nuevamente.

CASA NATAL DE D. PEDRO MENÉNDEZ, ACTUALMENTE ESCUELA DE CERÁMICA. AL FONDO, IZQUIERDA, EL PALACIO DE CAMPOSAGRADO, LA ACTUAL ESCUELA SUPERIOR DE ARTE.
   Tras muchos avatares en la Marina, con heroísmo, fue nombrado a los 35 años, por Felipe II, Capitan General de la flota de Indias. Fue también Comendador de la Órden de Santiago y, lo más importante: Fundador de la ciudad de San Agustín de la Florida, gobernador de la Florida y de Cuba.
  Desde hace años las ciudades de Avilés y San Agustín de la Florida están hermanadas .

   Los restos mortales de Pedro Menéndez descansan en la Iglesia de los PP Franciscanos (la más antigua de Avilés) a escasos metros de su casa natal.



El descanso le llegó al Adelantado a la séptima. En 1956, los restos de Pedro Menéndez fueron al mausoleo de Garci-González, en la iglesia de la plaza de Carlos Lobo. El alcalde Francisco Orejas Sierra presidió la comitiva junto a los gobernadores Civil y Militar y junto al director de Relaciones Culturales del Instituto de Cultura Hispánica, Manuel Fernández Shaw. Cinco siglos después y siete entierros más tarde, el Adelantado reposa para siempre en la iglesia de su infancia. Este último traslado encendió la mecha del hermanamiento con San Agustín.

  Sé que hay más poemas acerca del ADELANTADO DE LA FLORIDA, pero en esta ocasión citaremos el último.

                 



SONETO A DON PEDRO MENÉNDEZ DE AVILÉS


Del olvido hoy rescatarte quiero
si pluguiere al Cielo el poder honrarte,
y sea aqueste espejo do mirarte
quïen de la verdad busque el sendero.

A tan bravío y noble caballero,
naüta que aün Neptuno ha de admirarte,
digo el tridente altivo yo he de darte
y sus glaücos lienzos por tu acero.

Amó tu vela a Euro y a Favonïo,
y en hazaña ardida y meritoria
al galo afán fuïste demonïo.

Prisión sea a tu nombre mi memoria, 
de tus hechos, mis hechos testimonio,
y voz sea mi pluma de tu historia.

 FERNANDO FAJARDO


CAPILLA DE LOS/LAS ALAS (HUBO POLÉMICA ACERCA DEL APELLIDO POR EL ARTÍCULO Y PARECE QUE FINALMENTE TRIUNFÓ "LAS ALAS"). Una capilla anexa  a la iglesia de los franciscanos.


  SIC TRANSIT GLORIA MUNDI


IGLESIA DE LOS PP FRANCISCANOS. 



   
   Queridos amigos, la loa a D. Pedro Menéndez de Avilés sigue abierta para todos aquellos que quieran dejar su mensaje, su testimonio de admiración. Nada me gustaría más que la recepción de un comentario de algún morador de San Agustín de la Florida.
 Un abrazo a todos.



  

 

3 comentarios:

  1. Aplaudo con fervor la maravillosa entrada, tanto por el contenido como por el continente. Qué gran caudillo, y qué gran injusticia el olvido en el que ha caído. Héroes como don Pedro llevaron con honor el nombre de España por el mundo. Su valor, su inteligencia y su lealtad le hacen brillar con especial luz en una época de grandes hombres. Lástima que el esplendor del dorado siglo se haya trocado en herrumbre y negrura por la desidia y la ingratitud.
    Respecto al soneto de don Fernando, qué decir: se agotan las palabras para encarecer su genio. No soy hombre jactancioso, pero me puedo enorgullecer, salvo que algún erudito me da una gran alegría y me refute, de haber sido el primero en dedicarle un soneto a don Pedro Menéndez de Avilés. Y si es para mí glorioso haberle dedicado tal primer soneto, es deplorable que ésa hay sido la primera ocasión. Por fortuna, tenemos este segundo que vale por miles, con lo cual se salda en buena medida la deuda.
    Loor a los excelsos varones, hijos predilecrtos de la gloria. Alzo mi copa por ellos y por las almas nobles, como la de mi buen amigo Jano, a quien felicito de nuevo, que les rinden merecido y excelente homenaje.
    ¡Viva Asturias! ¡Viva España!

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    1. ¡Viva!... y acá quedé mi desprecio al tiempo de hogaño do se infecta la memoria de España.

      No quiero ver la triste Era
      do haya olvido tan hiriente,
      cual del siglo hora naciente,
      do la gloria enferme y muera.

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    2. Susucribo lo dicho y alabo los versos. Y qué pestilencia la del cadáver...

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